lunes, 5 de diciembre de 2016

Posdata y el espectáculo poético-musical "Córdoba va"

Tapa del primer disco del grupo (1985)
En el centro, Horacio Sosa. A su izquierda, el actor Omar Resk,
y a su derecha, Pancho Alvarellos.
Tal vez lo primero que habría que decir de Posdata es que fue un grupo cordobés fundado hacia fines de los años '70 por Horacio Sosa y Hélida López, cuando el país atravesaba  uno de los momentos más duros y oscuros de su historia, la sangrienta dictadura cívico-militar, que dejó a miles y miles de detenidos, desaparecidos y muertos, y a un país devastado en todos los órdenes: económico, político y social.
Lo segundo, probablemente, para ubicar al lector/a despistado/a, es que fue Posdata el grupo que le dio el primer envión a la canción Córdoba va de Francisco Heredia (probablemente la canción más asociada a nuestra provincia), antes de que la grabara el conjunto folklórico Los 4 de Córdoba o Jairo, y alcanzara así todavía más popularidad. He aquí su primera versión: Córdoba va, por Posdata (supera las 60 mil visitas en youtube), que sería publicada y daría nombre, además, al primer álbum del grupo, allá por 1985.
Seguramente, luego de ver la foto, se preguntarán por qué un actor en la portada del disco, y tal vez les llame la atención la ausencia de Hélida, todas incógnitas que surgen dado que, en principio, no he elegido narrar la historia cronológicamente, pero que a medida que avance en el relato, junto a otras dudas, se irán esclareciendo.
Cabe ahora destacar que Horacio Sosa, si bien ha pasado la mayor parte de su vida en Córdoba, en realidad nació en 1955 en una pequeña ciudad de Entre Ríos, llamada Diamante, y se mudó a La Docta de niño, cuando transitaba la escuela primaria, después de que su padre consiguiera trabajo en IKA (Industrias Kaiser Argentinas, lo que actualmente es Renault). Así llegó a nuestra provincia ese "cordobés por adopción", como el propio Horacio suele llamarse cuando tiene la oportunidad de hablar de su procedencia.
Junto a Hélida López,  la cantante sanjuanina que viniera a la ciudad a estudiar y quien fuera su novia durante un tiempo, en 1978 fundaron Posdata (el nombre fue una ocurrencia de ella), que nació como dúo y se mantuvo, al menos como núcleo, con este mismo formato, aunque sus integrantes fueron cambiando y aunque muchas veces en sus presentaciones en vivo estuvieran acompañados por un grupo más grande de músicos.
En un primer momento, Horacio era el guitarrista y Hélida la cantante, e interpretaban canciones tanto propias como de diferentes autores, entre ellos, María Elena Walsh, Piero, poesías musicalizadas por Sosa, por ejemplo, de Nazim Hikmet, canciones de su hermano Carlos Sosa y músicas de la misma Hélida.
Era la época en que tomaba fuerza el Tropicalismo en Brasil, de la mano de Caetano Veloso, Chico Buarque, Milton Nascimento, entre otros, en convivencia con el anterior boom de la Bossa Nova, de Joao Gilberto y Tom Jobim; la Trova Cubana hacía lo propio con Silvio Rodriguez y Pablo Milanés como sus representantes de mayor renombre; el fenómeno Beatle como influencia universal, y, a nivel nacional, el incipiente Rock argentino, llevado adelante por sus pioneros: Lito Nebbia con Los Gatos, Luis Alberto Spinetta en Almendra y Pescado Rabioso y Charly García con Sui Generis, La máquina de hacer pájaros y más adelante Serú Girán. Es en este contexto sociocultural-musical, que Posdata daba sus primeros pasos.
Tapa alternativa del primer disco
Más adelante, se incorporaría un tercer integrante muy importante que acompañaría a Horacio durante toda la trayectoria de la banda: Pancho Alvarellos. De este encuentro y de cómo se conocieron me gustaría detenerme en una anécdota que los hace a ellos reírse mientras la cuentan. Dice Horacio:

"Hélida y yo convivíamos en un departamento de la calle Sol de Mayo, casi Duarte Quirós. Allí mismo vivía la novia de Pancho, y él venía a visitarla con frecuencia. Varias veces había pasado frente a nuestro departamento y escuchaba músicos tocando. El punto es que él estaba haciendo la colimba, y un día no se aguantó más y golpeó nuestra puerta, con su atuendo de soldado y su pelo bien corto (risas). Ahí nomás, nos contó que tocaba el violín y la flauta, y que si nos parecía bien, lo llamáramos a tocar. Más o menos un año después, yo lo convocaba para que se sumara al dúo Posdata que habíamos armado con Hélida"

Sin embargo, es preciso destacar en la historia de Posdata la figura decisiva de Francisco Heredia. Horacio, luego de tocar en Grupo Comunidad, una banda que fue relevante en su experiencia, conoció a Francisco en la casa de un amigo en común, el sonidista Mario Palacio, y fue allí, el mismo día que se conocieron, que Francisco lo invitó a tocar con él. Desde ese momento y durante un par de años, entre 1976 y 1978, Horacio se desempeñó como guitarrista de Francisco, y aprendió varias de las canciones que formaban parte de su repertorio: Un hombre solo, Córdoba Va, Aguas de la cañada, En la peatonal, Y bien, Pequeña Alegría. Fue Heredia quien lo introdujo de lleno en el mundo de la canción y del oficio de componer canciones, y fundamentalmente, de escribirle a la propia ciudad, de cantarle al paisaje cotidiano:
Francisco Heredia a sus 66 años

"Yo siempre digo que Francisco era como un hermano mayor y un artesano de la canción que me transmitía el oficio. Él venía con servilletas de bar con versos escritos o algún texto de Salzano y me proponía que lo musicalizáramos. Tenía claro que en la canción no folklórica ni cuartetera, faltaba asumir el paisaje de la ciudad y, conscientes de lo que pasaba sonoramente en el mundo, cercano y lejano, nos pasábamos el tiempo escuchando el Spinetta de Invisible, el Charly de la Máquina, junto al Tropicalismo de Chico y Caetano, y el rock sinfónico inglés"

Y respecto a las canciones de Francisco, agrega: 

"Yo había sido testigo de que esas canciones habían tenido una respuesta muy evidente del público, ese público forjado en la resistencia a la dictadura, y apelando a una imagen futbolera, 'quedaron picando en el área'. Años más tarde - Francisco Heredia había viajado a México - retomé ese repertorio con total naturalidad y a la hora de acceder con Posdata a un contrato discográfico luego de los festivales de La Falda, donde nos habían elegido como revelación, decidimos grabar esos temas que nos venían acompañando"

Para resumir, la amistad y relación musical de Horacio y Francisco data de los años previos a la fundación del grupo Posdata. Luego Heredia se fue a México, y tras una primera etapa del grupo donde Horacio y Hélida interpretaron un repertorio variado, empezaron a cantar las canciones que Francisco "había dejado picando" además de las canciones propias. Pancho Alvarellos se incorporó tocando el violín y la flauta, lo que hizo que durante un breve lapso de tiempo conformaran un trío, hasta que, luego de la separación amorosa y artística entre Horacio y Hélida, quedaron ellos dos como dúo.
A partir del año 1982, Posdata se juntó con dos actores provenientes de la escena independiente del teatro cordobés: Toto López y Omar Resk (quien se encuentra a la izquierda de Horacio en la tapa del primer álbum del grupo), y le dieron origen al espectáculo poético-musical Córdoba Va, que consistía en una interacción constante entre la poesía y la canción, donde los actores por momentos interpretaban estrofas (o versos) de una poesía entremedio de las estrofas (o versos) de la canción, que se veía interrumpida hasta que el actor terminaba su interpretación, y luego recuperaba el protagonismo. Otras veces, la música acompañaba el recitado de los actores, y otras, la canción era el centro. Había casi siempre una relación temática entre canción y poesía, y una mixtura muy fuerte entre una expresión y la otra. Sin embargo, cabe destacar que el disco no expresó con fidelidad lo que era el espectáculo poético-musical en vivo. Dice Horacio al respecto:
"Se llevaron a cabo algunas de las cosas, pero los tiempos en el estudio de grabación eran distintos. Los del 'vivo' eran mucho más relajados y les permitían a los actores otro desarrollo de su expresión"
De este modo, el resultado fue que la canción estuviera precedida por la poesía relacionada a ella, a la manera de un preludio (a veces acompañada instrumentalmente). En algunos casos, poesía y canción están separadas, es decir, corresponden a diferentes tracks, por ejemplo, Natal y Córdoba Va, correspondientes al track 1 y al track 2 respectivamente, o El día que nací y Aguas de la cañada, correpondientes al 3 y al 4. Y en otros, poesía y canción forman parte del mismo track, como por ejemplo Las causas de amador - Quiero ser pero acá, lo cual obedeció a un intento de aproximarse a los mecanismos de construcción que habían vivido en el espectáculo poético-musical, objetivo harto difícil de conseguir en el  estudio de grabación.

Horacio en plena actuación en el Festival de
La Falda
Como dijo Horacio, Posdata tuvo la posibilidad de participar en varias ediciones del Festival de La Falda, organizado por Mario Luna. Llegado el momento, cuando el grupo gozaba de renombre en la ciudad, se acercaron al programa de radio Alternativa conducido por Mario y le dejaron un cassette con una grabación "casera" de varias de las canciones que formaban parte de su repertorio, y fue así que en el año '83 y '84, se subieron a los escenarios del Festival con una respuesta del público extraordinaria. Tanto así que fueron elegidos grupo revelación en ambas oportunidades y, sin dudas, este hecho constituyó un paso fundamental en el camino hacia la posibilidad de acceder a la industria discográfica y grabar su primer álbum. En palabras de Horacio:
"El día que salimos de firmar el contrato para la RCA, Pancho y yo no podíamos creer lo que estaba sucediendo. Le dimos la mano a nuestro productor y a los administrativos que nos dieron a firmar los papeles, y salimos a la calle. Como dos personas normales, ocultando la procesión interior (risas) que nos embargaba, salimos caminando paso a paso por la calle Paroissien, y a menos de una cuadra del edificio, cuando ya nadie podía vernos, empezamos a correr y a gritar como locos por la alegría de haber llegado a nuestro primer disco"
Y agrega:
"Si bien el contrato era para tres discos, el tiempo nos demostraría que al 'quiero' lo tenía la compañía, y ese tercer disco nunca pudo ser" 
Cabe destacar que en las dos ediciones del Festival, no fue el espectáculo poético-musical lo que se llevó a cabo, sino solo la parte musical, es decir, no contó con la participación de los actores. Fueron actuaciones de Posdata como grupo musical. De la misma forma, la gestión hecha en Buenos Aires y el contrato firmado involucraba a Posdata (a Pancho y Horacio), no así al espectáculo poético-musical. De allí que en primera instancia, el primer disco iba a prescindir, por decirlo así, de las poesías y la participación de los actores, incluyendo solo las canciones; pero finalmente, en reconocimiento a la buena respuesta que había tenido el espectáculo poético-musical, se decidió incluir la interpretación de las poesías mixturándolas de la mejor forma posible con las canciones, pero sabiendo que el resultado no se aproximaría mucho a lo que se vivía en las presentaciones en vivo.
Del proceso de grabación y armado del disco, cabe comentar que se produjo una discordia entre Toto López y el resto de los integrantes del espectáculo y, en particular, según Sosa, con Omar, respecto a criterios relativos a la interpretación de las poesías. Mientras Toto no parecía conciliarse del todo con la idea de grabar un disco para una empresa discográfica multinacional, lo que constituía desde su punto de vista una contradicción muy fuerte, Horacio, Pancho y Omar hacían una lectura muy distinta de la situación, muy lejos de pensarla como una traición ideológica: la consideraban una oportunidad no menor de difundir su propuesta y de lograr la repercusión necesaria para poder vivir de su profesión, para poder trabajar de lo que les gustaba. Como dice Horacio en su canción Quiero ser pero acá:


"Quiero ser pero acá
en el centro de la angustia
no me quiero morir
sin hacer lo que me gusta" 

Además, se ilustra a las claras en la cita hecha - y en el texto de toda la canción, empezando por el título, recurrente en todas las estrofas - la posición ideológica del grupo y su deseo de ser, pero acá, valga la redundancia; de tener existencia como artistas y el reconocimiento de la gente, pero desde la ciudad que los vio nacer, Córdoba, desde la provincia a la que le cantan y a la que pertenecen, el lugar donde viven, resistiéndose al mandato de tener que irse a vivir a Buenos Aires, de tener que desarrollar una carrera allá para poder tener existencia y reconocimiento nacional, y para acceder a toda la serie de beneficios que de ello se derivan, la atención de los grandes medios masivos de comunicación, la participación en los grandes festivales, el "codo a codo" con el resto de los artistas consagrados que viven allí, la posibilidad de desarrollar una carrera y vivir de la profesión, solo por nombrar algunos. Es decir, Quiero ser pero acá es un claro manifiesto que se pronuncia en contra del histórico y vigente centralismo de nuestro país, del "Dios atiende en Buenos Aires".

De esta diferencia de perspectivas al interior del grupo, resultó que Toto López abandonara la grabación del disco y se volviera a Córdoba, dejando registro de su voz únicamente en Mundial, una poesía muy conmovedora que lleva de fondo la música oficial del Mundial del '78, compuesta por Ennio Morricone, y que habla de la ambigüedad, la hipocresía y la paradoja que se vivió en aquellos años durante la dictadura militar. En particular en el '78 cuando Argentina fue sede del mundial de fútbol, y el gobierno hizo de este acontecimiento un uso más que perverso, al utilizarlo como distracción para desviar el foco de atención respecto de lo horroroso de las desapariciones y las torturas. En otras palabras, le sirvió al gobierno para decir "aquí no pasa nada", para "tapar el sol con las manos", para ocultar la situación que estaba atravesando el país por el plan sistemático de persecución, detención, desaparición, tortura y muerte, en fin, el terrorismo de estado que sufrió toda una generación de jóvenes por pensar distinto, por luchar por la transformación social, por tener otra idea de país y de mundo. A propósito de lo planteado, cito este fragmento, no sin antes recomendar su escucha completa:

 "Desde el fondo de los ríos
desde alguna fosa tan común que ya no importa
los destrozados muertos vinieron a llorar aquí
la inexplicable fiesta
Cuánto bailamos en aquellos días ¿no?
qué dulce fue el mareo del engaño
qué ganas de ignorarlo todo
de creer que había vuelto el perfume de las buenas cosas"


De allí que Toto no posara para la foto que sería luego la portada del primer álbum del grupo. El disco fue presentado en el '84 (antes de que se publicara el formato físico, que llegó recién en el '85) en una Sala de las Américas repleta de gente. Para la presentación Toto fue reemplazado por la actriz Iris Visentini que completó la dupla junto a Omar Resk. Como puede apreciarse la dupla actoral no era siempre la misma; en otras oportunidades, Isabel Brunello reemplazaría a Resk.
Otro hito importante en la vida de Posdata y de Horacio Sosa en particular como compositor es el hecho de que Mercedes Sosa cantara y grabara en su disco Yo vengo a ofrecer mi corazón en 1985 (es decir, el mismo año de la publicación del disco de Posdata) la canción Quiero amar mi país que compusiera Horacio algunos años atrás, y que también formara parte del primer álbum de Posdata. Se trata de una canción que al igual que las de Francisco Heredia fue muy bien recibida por el público, y que también estaba teñida del sentimiento de la época, de denuncia, de esperanza, de libertad. Algunos versos que dan cuenta del punto que acabo de exponer:


"Quisiera iluminar la sombra del terror
y sé que solo no podré"

"Quisiera dibujar el rostro del futuro
sin lágrima en sus ojos"

"Quiero amar mi país
desnudándolo
desnudando sus voces
que en el fondo son gritos,
desnudando al ladrón
al censor de la luz" 

No tiene la pretensión esta publicación de hacer un recorrido y análisis pormenorizado del contenido poético del repertorio de Posdata, pero sí me parece preciso destacar, como lo he venido haciendo hasta aquí, algunas canciones cuyas letras sirven a los fines de situar la vida del grupo en un contexto histórico y social, y lograr de esta forma un entendimiento mejor respecto a lo que fue, hizo germinar y significó Posdata para Córdoba. Y a la vez, por qué no, introducir al lector/a al mundo de Posdata e invitar a la escucha de su música.

De izquierda a derecha: Horacio Sosa, Pancho Alvarellos,
Isabel Brunello y Toto López. En la conocida Plaza San
Martín sobre la calle 27 de abril
Si bien tiene mucho de histórico dedicarle un artículo a la vida de una banda musical de Córdoba de los '80, quiero resaltar la riqueza de hacer de este tipo de historias un presente conectado con el pasado. Por un lado, reconocer la plena vigencia de canciones como Quiero amar mi país, Siento algo en el aire, Y bien, El almanaque me hace bromas, etc con toda su carga dramática, su fuerza combativa y su búsqueda de alineación con un proyecto transformador de la vida social; y también canciones como Aguas de la cañada, En la peatonal con su poderosa e ineludible referencia al paisaje de la ciudad de Córdoba. Cabe aclarar que cuando hablo de vigencia en este caso, no me refiero a que la gente las tenga presentes, a que estén vigentes entre el público, o que suenen en las radios (cosa que, no obstante, ocasionalmente sí sucede) sino a la relación entre las letras de las canciones y poesías, y el contexto sociohistórico actual. Si bien hoy no nos mojamos los pies con las aguas de la Cañada, como dice la canción, sigue siendo un elemento muy característico del paisaje cordobés, muy cercano a la vida cotidiana de la gente que vive en esta ciudad; y lo mismo sucede con la peatonal: quién no la transita con variada frecuencia para comprarse alguna ropa o realizar un trámite. Sobran las razones para sentirse hoy identificado y representado en las canciones del ayer. 
En otro plano, frases como las expuestas a continuación:

"Quisiera no frenar mi impulso de verdad,
mi prédica de amor social" 
(Quiero amar mi país)

 "
Miro alrededor, el silencio aturde la ciudad,
 cuándo será el día que aturdamos por gritar"
 (Siento algo en el aire)

 "Y mientras tanto yo no me subo al tren del vencedor"
"Quién escribe nuestra historia si hay palabras entre rejas"
 (El almanaque me hace bromas)


Todas letras que perfectamente podrían escribirse hoy para hablar de nuestro presente y ser asociadas a   lo que actualmente nos toca vivir y luchar. En  el ritmo  vertiginoso  que nos  impone  la  vida  política  de nuestro   país,  de avances   y  retrocesos   constantes, ninguna de estas canciones podría quedar descontextualizada, sino todo lo contrario.

En este sentido, entonces, planteo, por un lado, que en la obra de Posdata y seguramente de muchos otros grupos de la época, es posible dilucidar una fuerte conexión con el presente, tanto en canciones que se refieren a algo tan simple como un paisaje, como en canciones que se atreven a fundirse con las luchas, reivindicaciones y reclamos sociales históricos. Es decir que, si bien me he propuesto contextualizar el nacimiento y vida de este grupo, al mismo tiempo me permito plantear la hipótesis de que su obra artística trasciende completamente aquel contexto en el que germinara y tuviera vida, y es posible y hasta - agregaría yo personalmente- muy necesario, encontrarse hoy con estas músicas, estas canciones y estas poesías.
Por otro lado, además, me propongo e invito a superar las lógicas postmodernas que nos atraviesan en todos los planos de la vida y obturan la posibilidad de convivir con el pasado de manera más armónica. Hablo de la lógica de la inmediatez, del cambio por el cambio, desesperado y falto de contenido, del consumo desenfrenado, y todo aquello que nos aleja de nuestra condición de sujetos históricos y sociales, para convertirnos en sujetos ahistóricos, individualistas y consumidores.
Desde este paradigma alternativo, invito a sumergirse en el pasado de manera armónica, escuchar a Posdata, y hacerlo presente: resignificar el ayer desde el hoy con una lectura renovada, superar la estigmatización del pasado a la que la postmodernidad nos tiene, desde mi perspectiva, mal acostumbrados.

Presentación del espectáculo Córdoba Va en El carrillón
De izquierda a derecha: Horacio Sosa, Isabel Brunello,
Pancho Alvarellos y Toto López
De los lugares donde se presentaba frecuentemente Posdata, es importante destacar especialmente uno, El Carrillón, ubicado en Coronel Olmedo y Colón, que seguía la senda de boliches mitológicos de la resistencia cultural como lo había sido Tonos y Toneles, ubicado en la avenida Santa Fe muy cerca del puente. Dice Horacio:

"El Carrillón en su interior era una construcción de arcos, que con 80 personas se ponía hasta las manos. Nosotros tocábamos de jueves a domingos, y los sábados doble función, y te aseguro que entraban 150 personas. Pero la intensidad tenía que ver con la catarsis y el desahogo de una generación con muchos desaparecidos y muertos"
Tapa del disco Ícaro (1987)
Hacia 1986, el grupo volvió al estudio de grabación a concretar su segundo disco, esta vez sin la participación de los actores. En alianza con un grupo nuevo de músicos con los que ya venían trabajando, Horacio y Pancho grabaron Ícaro (publicado al año siguiente, en el '87), una sucesión de canciones, casi todas letra y música de Horacio, salvo dos cuyos textos corresponden a poesías de Juan Gelman (prestigioso poeta argentino, que varios años más tarde sería Premio Cervantes), otra de Francisco Heredia (al contrario del primer disco donde predominaron sus canciones), y una obra instrumental de Jorge Cumbo.

Ícaro, publicado en el '87, no corrió con la misma suerte que Córdoba va. La repercusión no fue la misma en cuanto al nivel de ventas, y de hecho, si bien, como dijo Horacio, el contrato que habían firmado junto a Pancho acordaba la grabación de tres discos, finalmente no hubo tercero. Sin embargo, en la experiencia personal de Horacio, Ícaro tiene tanta o mayor importancia que el primero, especialmente en cuanto al trabajo musical logrado:
"Si bien la hermandad con Pancho Alvarellos estaba atornillada en mi sentir y eso nunca se modificó, hay que decir que Ícaro fue el disco del trío que integrábamos Claudio Visentini en guitarra eléctrica, Quique Iglesia en bajo y yo en guitarra y voz. Obviamente hablo de la cocina interna y cotidiana de las canciones. Los arreglos contrapuntísticos que logramos entre los tres son la experiencia más inolvidable que jamás haya vivido."

Finalmente, en el año '88 el grupo se disolvió. En un contexto económico donde las posibilidades laborales y profesionales eran cada vez más acotadas, Horacio le comunicó a Pancho su voluntad de ponerle fin a su alianza artística, y seguir cada uno por su lado. Cabe recordar que en los dos años siguientes, Argentina iba a sufrir dos estallidos de hiperinflación, resultado de las políticas económicas llevadas a cabo por el gobierno militar (el desmesurado incremento de la deuda externa, entre otros) y por lo que se conoce como el golpe que le hicieron a Raúl Alfonsin (Presidente durante ese período) los grandes grupos económicos, lo cual se prolongaría hasta los primeros meses del gobierno de Carlos Menem. Como dijo Horacio en aquella época:
"En Córdoba digamos que una de las alternativas que tenemos los músicos es derivar en docentes. Es una especie de transformismo pedagógico"
Sin desmerecer en absoluto la docencia (profesión que ejerce y disfruta hasta el día de hoy en la carrera de Licenciatura en composición musical con orientación en Música Popular de la Universidad Nacional de Villa María), lo que decía Horacio era una manera de explicar que el panorama laboral estaba complicado y no era fácil vivir de tocar, sobre todo para un músico del interior del país que nunca quiso renunciar a la idea de Ser, pero acá, que eligió libremente, y que decidió quedarse. En la misma entrevista, agregaba:
"Hay que seguir disfrutando del simple ejercicio de tocar y de mostrar lo que hacemos cuando podemos. Yo creo que hay momentos y momentos. Hubo momentos muy picantes de mostrar las cosas, de juntarse los músicos, y hay momentos un poco más de retracción, de meterse para adentro, lo importante es que el taller no se detenga nunca, que sigamos fabricando cosas, y que sigamos disfrutando del ejercicio de nuestra profesión."

Así es que, tras un concierto de despedida en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina, Posdata daba su saludo final. Como decía un artículo de diario dedicado a su último show:
"A las etapas no hay otra posibilidad que cumplirlas. La de Posdata ya había sido superada. Su aparición en la escena local marcó un hito importante en el movimiento artístico de nuestra ciudad, y a pesar de que la propuesta musical no estaba acabada, se respiraba una necesidad de oxigenación"
Y concluía:
"Luego de la euforia final, cuando la Ciudad Universitaria quedó desierta, una pregunta siguió deambulando con algo de nostalgia y mucho de incertidumbre: ¿Quién ocupará de aquí en más la vacante que dejó Posdata?" 
 Horacio comenta:
"La razón de la separación es una confluencia de variables. Por un lado, en el '88, en esos años, la situación económica en general se puso densa, con escasez de opciones para la música popular, para las propuestas musicales de ese momento, y eso hacía que el dúo fuera una alternativa frente a un Posdata grupal. Mover a un grupo numeroso de músicos era más caro, por eso el dúo era una opción laboral, pero el dúo no me daba respuestas de satisfacción artística como en otra época. Y sentí que se había cumplido un ciclo. Lo irónico es que estábamos a solo tres años del boom de Córdoba va"
Y agrega, tratando de explicar esa última frase:
"Yo iba por la calle y me cruzaba con gente que me preguntaba por Posdata, y cuando yo les decía que el grupo ya estaba separado, no lo podían creer, lo de Córdoba va estaba muy fresco todavía"
Sin embargo, cabe destacar que años más tarde, en una coyuntura de crisis aún más pronunciada, con un Angeloz muy cuestionado en los tiempos del CECOR (aquellos bonos que emitiera el gobierno de Córdoba para financiarse), de la mano de Gabriel Bursztyn, un productor local de grandes eventos musicales (entre otros, trajo a Peter Gabriel a nuestra ciudad) Posdata reapareció en la para ellos mítica Sala de las Américas del Pabellón Argentina con dos conciertos de buena convocatoria en el año 1995. Posterior a esto, hubo algunas fugaces reapariciones en las que no nos detendremos.

Hemos llegado así al final de esta historia, de una versión más de esta historia que recopila algunas imágenes, testimonios y artículos de diarios. Una historia que nunca termina de cerrarse, incompleta siempre, como cualquier historia, abierta a nuevas interpretaciones, a nuevas lecturas, a la posibilidad de recordar algo más, de descubrir algún nuevo detalle. Una historia con puntos suspensivos, que no termina de contarse, que todavía transcurre, porque Córdoba va. Para muchos no se sabe bien hacia dónde va; otros, como Horacio, se preguntan ¿Córdoba va? e inclusive ¿Córdoba alguna vez fue? En otro sentido, muchos nos preguntamos ¿Volverá Posdata?